miércoles, 28 de agosto de 2013

Lo que quisiera

Una tradicional casa limeña de ladrillos en el populoso distrito de Villa María del Triunfo. Diez de la noche. En el comedor, MADRE termina de poner la mesa y llama a su inconforme hijo mientras prende la radio. AARON, con un abrigo largo y pantuflas, teclea furiosamente, hace un poema en el cuarto donde están la computadora y sus libros. PADRE está en escena pero nunca habla, como es costumbre.


MADRE. (Empuja la puerta entreabierta de cedro.) Hijo, ¿qué estás haciendo? No escuchas cuando te digo que la cena ya está lista.
AARON. (Tartamudea.) Ah, ma, estoy, estoy, aquí, ya voy, estoy haciendo...
MADRE. ¿Trabajos?
AARON. Trabajos, sí, digamos que eso.
MADRE. (Apenada.) ¿Pasa algo?
AARON. Sí, trabajos, la universidad, eso pasa.
MADRE. ¿Vendrás a comer ya?
AARON. No quiero.
MADRE. (Se detiene en seco.) ¿Por qué?
AARON. Porque Franco.
MADRE. ¿Eso pasa?
AARON. Sí, pasa Franco, ma.

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