Desperté hoy
aunque después de Mann ya uno nunca
puede amar tal certeza
mi madre tendió las sábanas
sin saber que yo aún mordía
su encuentro
el que pululó desde ese
vetusto juego de escondidas
así que me erguí
acarició mis mejillas
pero yo ya había comenzado
a rasurarme:
los últimos quince años
había rehuído
a toda clase de zócalos
y ahora yazco
bajo un arreglo floral
de estambre podrido
al final qué importa, claro
si puedes seguir
acariciando mis mejillas
prescindiendo
de lo lívidas que puedan responderte
sin embargo desperté
y hete aquí el óleo:
acalambrado besaba
uno a uno sus lunares
canapés en extramar
si no eran su vientre
y su baluarte de vellos negruzcos
Tal es Francovsky
jenízaro
de serendipia amorfa
lejos de las noches
de vides agrias
sacra ruleta
guillotina mía
velvet
y barniz de viento
sobra decir
que ya no abriré los ojos