Y qué tal, qué tal
si le doy una bofetada a Pandora
y sus caracolillos oscuros de
bellas conchas titánides
para liarnos un poco
con la diversión de joder olímpicos,
irrefrenables lujuriosos,
conocedores de las artes y la magia,
del machismo y lo
hostigante de las flores.
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