miércoles, 14 de agosto de 2013

14 de agosto, Lima

Casi todas las mañanas despierto sintiéndome uno de esos círculos asustantivados en los que se practica tiro al blanco. Mi padre, Robin Hood, con la diferencia de que él no da nada a los pobres porque no son «familia»; mi madre, cuervo blanco novato pero certero, llena de buenas incomprensivas intenciones, con sus palabras eólicas como lágrima de fénix; mi hermana, bueno, ya dejé de evocarla; mi perro, un lobezno injuriado que prometió atravesarme no con flechas sino con mandíbulas y estruendosos ladridos; y todas las demás personas, turba medieval intentando arreglar sus deudas conmigo, hierba mala creciendo en la torre.

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