martes, 23 de julio de 2013

Defensa a los renegados

Algún día todas las palabras que hemos dicho volverán a nosotros como flashbacks, nos morderán como sanguijuelas hambrientas, destrozarán nuestros egos multilustrales y el tiempo en que nos hemos vuelto más viejos y tristes; algún día limpiaremos nuestra espesa barba en escala de grises y pensaremos en cómo no nos comimos al mundo, cómo seguimos las huellas, cómo nunca nos tocamos en Delfos ni en París, cómo es que controlamos el hedonismo necesario a base de pastillas, utensilios de plata, cuatro pisos y eternos amores heterosexuales. Algún día, mientras vemos alguna película de acción norteamericana, mientras tomamos té y le gritamos a la televisión contradictoria, algún día se nos vendrá la loca idea de follarnos latinoamérica e ir, cojeando, hasta alguna distopía salvaje. Y entonces iremos, desprotricando contra el mundo.

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