miércoles, 31 de julio de 2013

Momento antes de

Empiezo a hacer que se muevan una por una las fotos que me hacen recordar tu magia filtrada y distópica, sitúo a Peter Doherty como telón de la parsimonia de mi individualidad cibernética, prendo un cigarrillo que no terminaste de fumar y que sobrevivió a mi infrahumana distracción cuando decidí lavar mi morral sin quitarle ninguna de las reliquias mundanas que coexisten con el mal olor y las huellas de nuestros zapatos, le doy una pitada, lo presiono contra el cristal de mis antiguos lentes rotos, lo guardo en el bolsillo derecho de mi jean parchado, me cierro la horrible casaca que llevo puesta, extraño mis guantes, rompo por quinta vez el separador del papa que tanto odio, volteo a ver mis libros nuevos, oh niño Demian, releo tus estados perfectamente redundantes, miro el techo de este cuarto lleno de estúpidas pinceladas aleatorias, siento una lágrima emerger, no comprendo por qué, me pierdo en la inmensidad de las manchas en el vientre de mi furibunda mascota, la dejo ir, me morderá, Monikoff se va a Chiclayo, caigo en cuenta de que me desvié de tu mapa bidimensional, extraño tu parecer con un cervatillo huraño, tu forma de jugar bajo la lluvia, tus pequeños e inconscientes ronroneos al inicio de un beso, dejo atrás la silla giratoria, abro la puerta con la llave rota, alzo mi capucha y me dispongo a visitar el faro, a ver si te apareces por allí.

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