jueves, 7 de marzo de 2013

Sin nada


Porque la magia está aquí, en mis libros / en mis cómics / en los planes cosmogónicos
que tramamos en conversaciones de media mañana como éstas,
y tal vez sea idealismo, 
pero es nuestro idealismo, 
y es lo único que no tiene impuestos.

Porque tus zapatos con suela de mis versos y hebilla de mis ojos rojos
resquebrajan el firmamento con alucinaciones y Orión cae junto a mis caballos alados 
y las pinturas renacentistas que tanto lucharon para que renueves tus ansias de estrecharnos. 

Porque me urge enredarte y hacerte caer en un abismo de reversa,
donde primero disipas mis sueños alocados y luego realzas tu grandeza
con una pizca de tu amor licuado que aún después de dos décadas se mantiene en estado de sitio, en toque de queda.
  
Porque somos jóvenes
y nos hemos quedado sin flores,
porque miramos al horizonte y vemos correr
dos perros en un páramo de feliz ignorancia
con correas invisibles pero que duelen como púas
junto a dos ancianos que nunca pudieron encontrar
sus dos amapolas de estaño
y trabajaron y la vida se les pasó
como un tren se te pasa
cuando miras absorto la belleza de mi diosa coronada
que ya no es mía ni tuya ni de Dios.

Porque eres sepia, 
me cubres y te disipas como un arco iris sarcástico después de la guerra,
como el sonido de un cuerno edénico
que surge del canto de tus sirenas rojas y mis palabras inventadas
en un martes doce en el que no atracó en el puerto nada más que poesía.

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