jueves, 7 de marzo de 2013

Entonces un poeta


Entonces un poeta con el meñique orientado hacia el lado contrario
dos ventanas fogosas y un olor a noche férrea,
pasiones postergadas,
porque es San Valentín y no hay nadie y qué nos importa un santo aquí no tiene voto
y me pongo a escribir poemas que no anexo porque hablan de paranoias que imagino
recostado en mi verano, poetizando tus saltos sagrados en rayuelas 
y los golpes brutales con que rebazas mi alma erecta con el eslabón perdido 
y tres gotas de uranio con que me acaricia tu boca afiebrada.

Entonces un poeta con los tres ojos entrecerrados, la boca entreabierta y el corazón qué colores,
el corazón abiertísimo,
más abierto que la quimera dorada que pelea todos los días contra
mis insistencias de indigente que nunca supo coger una pluma ni ha leído a Lope de Vega
pero sabe que tienes un problema escondido en las cejas 
y palpita cada vez que estás a punto de pisar la hierba de mi frente
y los blogs que leo y la esencia de este vientre que eres tú.

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