Nos
detenemos y las páginas revolotean al borde de la lujuria,
se juntan
las páginas veinte con las ciento cinco, las octavas con las penúltimas,
las
veintinueve de setiembre con las tres de abril;
se junta
Machado con Vargas Llosa, Nietzche con Sor Juana,
Tolkien
con Ribeyro, mis poemas con tus ojos telescopio;
se junta
rococó con surrealismo, hugonotes con archivaticanos,
maoístas
y ricos de derecha, y tú estás tan encorvada con los libros
que
volteas la cabeza y niegas despacio. Pero ya entenderás por qué
te quiero
más que a Salinger, Milene.
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