domingo, 13 de octubre de 2013

Francovsky

Francovsky. Mudar la lengua desde su cómoda fricativa morada a los alveolos, donde da un cálido respingo, (sé que tal vez te molestarás ahora que te he despertado a las cinco con veintiocho, pero, ya sabes, son tus cuestiones fonéticas), entonces esperar que se te abran bien los ojos como las negras persianas que son en una cómoda y prolongada ene en que nos quedaremos un par de otoños, prolongados, también, después golpearnos con lo que ya sabes y la letra que sigue también, unos cuantos tarareos más tarde, la esférica, cronopia vocal de la que no hay mucho que decir salvo que nos ha salvado la vida uniéndonos los morfemas, y, para terminar con tus mapas, con La vie en rose de fondo, escuchar el sufijo que tantos cigarrillos y confusiones me ha traído hasta ahora, Francovsky, Fran-covs-ky, extrañarte en domingos, todos, todos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario