miércoles, 23 de octubre de 2013

A

Abismo: En algún rincón del segundo piso de Letras, podemos ver, si aguzamos los ojos y corremos las sillas de madera que sirven de cortina, a una extraña pareja formada por un patafísico ser verde y un insecto desgarbado del mismo color que su contricante -porque al final todo amor es una constante pelea, no importa de qué- intercambiando arbitrariamente vorágines, besos y libros. Al parecer se comunican por medio de galimatías que el status quo asociará con alguna lengua escandinava; locuciones como «Aaronoff y Francovsky», «saltamóntico desgarbado», «día noventa y Soko» y «noséporquélloro», suelen ser las más repetidas en sus conversaciones. Ambos -y esto lo dijeron en un intercambio de palabras con una muchacha anacrónica llamada Diana y Claudia al mismo tiempo- querían escribir a máquina, abusar de las comillas españolas y hacer autostop en algún país al que llegarían en barco, pues de sedentarios y patriotas no tienen un pelo. Esa falta de lugar, de indentificación, es el abismo y el jolgorio de sus días. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario