Aquí se le llama humildad
a gritar los ciento cuatro días
que dura el orgasmo perpetuo
en que te revuelcas a diario
con cualquier muchacha idiota
que conociste en una charla
que eres humilde
y que tu humildad
va acompañada de socialismo
y cartones pegados a versos traducidos
va acompañada de halos y vientos
va acompañada de padrenuestros
y oposiciones a las jerigonzas
va acompañada de la maldita compañía
que se pudre dentro de la pelota sin forma
que es lo cotidiano y sanmarquino
aquí se le dice humilde
a aquel que pisotea en silencio
y chamusca bajo sus faldas
el toreo y la censura.
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