sábado, 19 de octubre de 2013

El día al oriente del oriente

Escrito hace muchas tardes, 
cuando el pasto era de ambos 
y la lista de reproducción 
aún no tenía nuestros nombres.


Con los retazos oxidados cubriéndote
el par de aún extrañas vibraciones
me acerco a ti, colonello, 
con prolegómenos de más de una hora
y olvido muchísimas generaciones
de buenos modales a la europea y líneas rectas,
brevemente te pregunto con los labios
si tú también cruzarías el puente colgante
si te desenroscarías del destino unos años 
si las dudas o las noches tendidos por allí 
y así un grandísimo e indirecto cuestionario
interrumpido por las esporádicas risas nerviosas
que tú tardaste un poco en responder.

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