viernes, 24 de mayo de 2013

Esos pies son míos

Es que estás detrás de la línea amarilla
y dejas que boten vidrio en el bote de plástico
es que no te atreves a saltar
y endureces la espalda cuando el niño,
cuando la embarazada del anticristo.

Es que no te atreves a saltar
ni atarte a la rieles
es eléctrico pero qué más da
no te atreves a ser Karenina
tú solo te sientas y esperas
al otro vagón
y el siguiente
sin saber que es sempiterno.

Pasas el dedo por el cemento que hay
entre las losetas del colmo,
juegas con el encendedor
y la llama dibuja tu cobardía.
No te atreves a saltar.
Qué pusilánime.

Maldita sea,
esos pies son míos.


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