Muerto y vertical el lingüista dinosaurio,
epistemólogo al cubo, volumen cinco,
incólume se mantiene mientras los meteoritos
y los sonetos, ameba y paciente
cuando Dios viene hablando en glíglico.
Aullando y pobres nosotros,
sin explicar mucho, archifonemas,
un poco de funambulistas
devorando páginas como cigarrillos
qué huele, es la Biblia quemándose.
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