sábado, 18 de enero de 2014

Mitades y mitades

¿Existían estereotipos tan pétreos el siglo pasado? Digo, desde que surgió esta idea del puente flojo que es la adolescencia, en los cincuentas, o sesentas. Hoy me siento acribillado por tantas personas aterradoramente iguales. Llamadme adolescentucho cínico, pero, joder, es que son iguales. Y la televisión los alimenta. Yo los he dividido en tres estratos en un infame y mugroso podio. No diré cuáles, dadlo por sentado, omnipresentes nadierías: contentaos con que ponga el punto final que tanto Dios codicia. Pero los he dividido, qué clasista de mi parte, qué competidor. Y quería enumerar todo; un decálogo de ojos rotos. Dado el cáncer de posterioridad culposa que estoy experimentando, dejaré que mis entrañas se oreen en la más nereida de las bahías. Engullid.

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