sábado, 18 de enero de 2014

De gerundios y derivas

Disfrazado de un hediondo entrometido
que hurga en lo más espantoso del amor
nos imaginé desperdigando
este puñado de tugurios
   riendo bajo nuestra propia cimarronería
   de hecatombes urbanas
   o rascacielos resfriados subiendo
   hasta llegar al más lascivo de los empates
nos imaginé perdidos
en las nervaduras del insomnio
   malnaciendo nortes
   cogiendo olas con el pulgar
aunque no esté seguro
podría esbozar que nos vi
   puliéndole las garras a la discordia
   tras sublimarnos ante ella
   o pisando acueductos
   solo para ver llorar corales
diré también aunque divague
que estábamos allí
en la troya ardiente de verano
   decimonónicamente listos
   besando la vid mausoleica
   como quien se persigna
   ante el irónico cadáver púrpura
   del sepulturero
   o recogiendo los estambres
   que olvidó Klimt
   mientras nuestras cejas se disputan
   la más ególatra de las comillas.

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