sábado, 27 de abril de 2013

Un frenesí de violines una cúspide de bohemia una copa de vino sin teclas una tecla con ritmo unas notas tan vivas como el sol sin luna como el sol sin maceta como un lirio sordo como una pausa marciana que te coge los tímpanos y te los revuelve al sonido de una suite y ah qué delicia ah qué delicia es la primera vez que lo hago pero hemos llegado al punto en que no podemos volver esto es la intensidad este es el monte Everest no hay cima más aureola yo soy dios ahora soy dios y estoy solo en la mitad de la noche no tengo máquina de escribir pero tengo a Vivaldi entre los sesos y mis dedos recorren todos los pasquines de la ciudad y ya se acabó no puede ser ya se acabó bendigan la pólvora que nos volará la cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario