miércoles, 10 de abril de 2013

Escepticismo bloguero

Sedentarismo crónico, paseos a la luna en monociclo,
púas de seda y alambres coránicos en punto de ebullición,
mitomanía a flote, la exageración como especial de la semana,
duetos de Sabina y Sabines: uno el verso y el otro el acordeón.
Mañanas tan poco adineradas que nos sorprendemos adorando
las mejillas de Neptuno, caracoles apuñalando el tiempo,
qué afortunados los crisantemos en la tumba de Vallejo,
y qué desgraciado el arreglo de flores que acompaña a Dios.
Ayeres tan cromagnones que leían la Biblia e iban a Starbucks,
parlantes llenos de psicodelia y signos de paz/con dos o un dedo,
el flautista de Hamelín llevándose palomas blancas y libros decrépitos,
jirafas acomplejadas que doblan las patas
y cervatillos que luchan por no caer al pasto, a las fuentes salvajes.
Enamorados comiendo rosas, regalando estratósferas,
aprendiendo a tragar fuego, borrándole las aristas al cubo,
reinventando la pólvora, domando hipocampos,
descubriendo la vida, qué más da.

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