lunes, 24 de marzo de 2014

Confieso que no he vivido

Desperté hoy
aunque después de Mann ya uno nunca
puede amar tal certeza
mi madre tendió las sábanas 
sin saber que yo aún mordía
su encuentro 
el que pululó desde ese 
vetusto juego de escondidas 

así que me erguí 
acarició mis mejillas 
pero yo ya había comenzado
a rasurarme:
los últimos quince años
había rehuído 
a toda clase de zócalos
y ahora yazco 
bajo un arreglo floral 
de estambre podrido

al final qué importa, claro 
si puedes seguir
acariciando mis mejillas
prescindiendo
de lo lívidas que puedan responderte 

sin embargo desperté 
y hete aquí el óleo:

acalambrado besaba
uno a uno sus lunares 
canapés en extramar 
si no eran su vientre 
y su baluarte de vellos negruzcos

Tal es Francovsky 
jenízaro 
de serendipia amorfa 
lejos de las noches 
de vides agrias 
sacra ruleta
guillotina mía 
velvet 
y barniz de viento 

sobra decir 
que ya no abriré los ojos

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